En 'Barefoot in Mullyneeny', Bryan Gallagher nos transporta a su infancia en la Irlanda rural de los años 40 y 50. A través de sus recuerdos, conocemos las travesuras de los niños, las dinámicas de los patios de recreo y la confusión de crecer en una tierra tan mágica y cautivadora como los cuentos que se contaban. Gallagher recrea vívidamente la vida en el condado de Fermanagh, cerca de las orillas del Lough Erne, donde los niños iban a la escuela descalzos y espiaban los bailes de los sábados por la noche. Con un toque de nostalgia y humor, este libro ofrece una visión entrañable de una época pasada.