En 1388, Castilla se prepara para la unión de dos jóvenes príncipes: Catalina de Lancaster y Enrique de Trastámara. Este matrimonio tiene como objetivo sellar la paz entre dos familias rivales. Catalina, portadora de la legitimidad de la corona, y Enrique, heredero de los Trastámara, la rama que arrebató el trono al abuelo de Catalina, recibirán un regalo de bodas muy especial: el título de Príncipes de Asturias. A través de esta novela, María Teresa Álvarez da voz a una de las mujeres olvidadas de la historia, la abuela de Isabel la Católica, explorando sus años de matrimonio, las turbulencias políticas y su lucha por asegurar el trono a su hijo.