Trey pensaba que era un adolescente normal, hasta que conoce a un misterioso extraño, Lucien Charron, luminosamente pálido, extrañamente poderoso, con ojos que parecen salpicados de fuego y piel que se ampolla a la luz del sol. De alguna manera, Trey se encuentra en un lujoso ático de Londres, como la guarida de un villano de Bond. Es el corazón de un imperio siniestro, construido sobre los poderes del inframundo: hombres lobo, vampiros, hechiceros, genios. Y el propio Trey tiene un poder que está rugiendo por liberarse. ¿Es un niño o es una bestia?