En su libro 'Comment Jésus est devenu Dieu', Frédéric Lenoir expresa sus convicciones sobre la identidad de Jesús de Nazaret. Bernard Sesboüé responde a Lenoir, argumentando que la Iglesia no decidió la divinidad de Cristo en el siglo IV bajo presión romana, sino que los cristianos desde la época apostólica creyeron en Jesús como Hijo de Dios. Sesboüé ofrece una perspectiva teológica sólida, defendiendo la divinidad de Jesús y abordando el misterio de su figura.