Clarice Bean está constantemente metida en problemas, casi tanto como Karl Wrenbury, el niño más travieso del colegio. Ojalá pudiera ser más como su personaje de libro favorito, Ruby Redfort, la chica detective, que es muy buena para salir de problemas. El problema es que la Sra. Wilberton está planeando un concurso de ortografía, y solo pensar en ello le da dolor de estómago a Clarice. Afortunadamente, también habrá una representación de clase de 'The Sound of Music', y Clarice está interesada en conseguir un papel protagonista para que alguien descubra sus talentos infantiles y escape de la humillación del concurso de ortografía. Pero cuando Karl Wrenbury tiene un problema familiar y se mete en un gran lío, Clarice hace algo totalmente inesperado, demostrando altruistamente la máxima de Ruby Redfort: 'Nunca abandones a un buen amigo'.