En 'Correr com tesouras', Augusten Burroughs narra su peculiar infancia y adolescencia. A los doce años, Augusten se encuentra viviendo con la excéntrica familia Finch, después de que su madre, una aspirante a poetisa, decide que es mejor para ambos separarse. En este hogar poco convencional, las reglas brillan por su ausencia: el árbol de Navidad adorna el salón durante todo el año, el Valium se consume sin restricciones y siempre hay tiempo para experimentar con la vieja máquina de electrochoques. A medida que Augusten crece, acepta su homosexualidad y descubre que su madre también es lesbiana, lo que resulta ser solo uno de los muchos desafíos que enfrenta. Criado en un entorno sin normas ni supervisión, Augusten aprende a valerse por sí mismo y a desarrollar una autonomía que se convierte en su principal herramienta para preservar su cordura.