En 'Curso de Silenos', Jesús Gallego Montero recupera el adagio de Erasmo de Rotterdam, 'Los Silenos de Alcibíades', para identificar poéticamente a sus alumnos con los silenos de la tradición clásica. El autor presenta a sus alumnos como adolescentes que, a pesar de ser criticados y manipulados, ocultan un tesoro bajo su apariencia. El libro reflexiona sobre cómo todos los seres humanos representamos un sileno invertido, escondiendo lo mejor de nosotros, incluyendo la rebeldía de la poesía.