Este libro explora la relación entre Salvador Dalí y la región del Empordà, que influyó profundamente en su obra surrealista. A través de fotografías de Jordi Puig y textos de Sebastià Roig, se examina cómo el paisaje y la geografía natal de Dalí se convirtieron en símbolos clave de su arte. El libro destaca lugares emblemáticos como el Teatro-Museo Dalí en Figueres, la casa de Portlligat y el castillo de Púbol, que formaron el triángulo vital del artista.