Este libro, escrito por Gerard Furest, es un manifiesto que busca revitalizar el uso y la valoración del catalán. Furest propone sacudir a los catalanoparlantes que ceden ante el bilingüismo y la catalanofobia, ofreciendo un decálogo de propuestas para mantener viva la lengua en el siglo XXI. Jordi Martí Monllau colabora con un prólogo que insta a los hablantes a tomar las riendas en la defensa de su idioma.