En el siglo XVII, en una España marcada por la crisis, la sociedad buscaba refugio en lo extraordinario, dando lugar a una cultura barroca de ensueño y desmesura. En el convento madrileño de San Plácido, las monjas afirmaban estar poseídas por demonios, profetizando eventos trascendentales y atrayendo la atención de figuras poderosas como el conde-duque de Olivares. La Inquisición intervino, desencadenando un conflicto que involucró incluso al rey Felipe IV. Este libro revela la trama de estos sucesos verídicos, llenos de erotismo y patología, que culminaron con la caída del conde-duque.