Der zerbrochene Krug es una comedia escrita por Heinrich von Kleist, que narra la historia del juez Adam, quien se ve obligado a juzgar sus propias faltas. La obra destaca por sus diálogos ágiles y personajes llamativos, especialmente el propio juez. El humor de Kleist, su ingenio lingüístico y el final conciliador evitan que la comedia se convierta en tragedia, ya que en última instancia trata sobre la confianza y el abuso de la misma. Es una obra maestra del género y una de las más representadas en los escenarios de habla alemana.