Cuando la hermana de Mallory Keegan falleció, la apenada doctora se juró encontrar al padre de la niña. Mallory no podía imaginar que su búsqueda la llevaría hasta Ryan Clay, un hombre perturbador que provocó en ella unos deseos inconfesables. Ryan había llevado una vida de secretos, pero se sorprendió al saber que era padre. Aún más se sorprendió al descubrir que adoraba a Chloe y que sentía algo intenso por su atractiva tía.