En este libro, Sabine Bode explora las experiencias de la generación de niños de la guerra en Alemania. A través de entrevistas y análisis, revela cómo los traumas de la guerra y la posguerra han afectado profundamente sus vidas, sus relaciones y su salud mental. La obra ofrece una mirada conmovedora a una generación que creció en tiempos difíciles y cuyas voces a menudo fueron silenciadas.