En 'Donde siempre es octubre', Espido Freire nos transporta a Oilea, una ciudad melancólica y esquiva donde los personajes se debaten entre pasiones subterráneas y rivalidades enfermizas. Loredana, con su peculiar gusto por las galletas mojadas en sangre, el arrogante violoncelista Delian, la adúltera Guillemette y la mundana Lavinia son solo algunos de los habitantes de este mundo fantasmagórico. La novela explora la complejidad de las relaciones humanas y la perturbadora imaginación de su autora, sumergiendo al lector en una atmósfera inquietante y fascinante.