En Marseillette, 1977, Carmen se encuentra en el café que la acogió, sintiéndose a la vez sofocada y revelada. A sus más de cuarenta años, recuerda a las personas que marcaron su vida: aquellos que la hicieron caer, la enderezaron, y supieron entender sus deseos. Sin olvidar a sus hermanas, con quienes comparte las cicatrices del exilio, pero a las que se niega a seguir. Porque, después de tantas pruebas, Carmen también quiere forjarse su propio destino. Esta novela explora temas de identidad, familia y la búsqueda de la felicidad en un contexto de cambio y superación personal.