Esta obra, escrita por Erasmo de Rotterdam, ofrece una guía para la formación de un gobernante cristiano, contrastando con el príncipe maquiavélico. En ella, Erasmo destaca la importancia de la pedagogía, el humanismo evangélico y el pacifismo. El libro propone una visión de la política inspirada en la filosofía erasmiana, influyendo en la literatura sobre la figura del príncipe y el pensamiento europeo posterior. Esta edición incluye un estudio preliminar de Pedro Jiménez Guijarro y la traducción de Pedro Jiménez Guijarro y Ana Martín.