Tibo Krovic, el alcalde de la apacible ciudad báltica de Dot, es un hombre honesto y amable, siempre preocupado por los problemas de sus conciudadanos, lo que le ha valido el apodo de el buen alcalde. Aparentemente, Tibo lleva una vida tan plácida como la propia Dot, pero un secreto inconfesable lo mantiene en vilo cada día: está locamente enamorado de su secretaria, Agathe Stopak, una mujer casada, respetable y voluptuosa, con la que comparte cada jornada en el despacho de la alcaldía. Lo que ni él ni nadie sabe es que Agathe también oculta un secreto: su matrimonio con el señor Stopak se está hundiendo sin remedio desde que hace tiempo los golpeó la tragedia, y por mucho que lo intenta, se ve impotente para recuperar el interés de su apático marido. Las jornadas transcurren tranquilas, al menos en apariencia, en el ayuntamiento de Dot, donde ambos se resignan a cumplir con sus obligaciones, ajenos el uno a los sentimientos del otro. Hasta que un día, tras echarse a perder el almuer