En El color de los boniatos, Andrés Pinar nos transporta a un viaje introspectivo y cultural a través de Japón. El protagonista, huyendo de una universidad que lo agobia, encuentra en tierras niponas una realidad tan mágica como turbulenta. Viviendo entre granjeros y monjes, descubre una cultura ancestral, elegante y oscura, conviviendo con almas venerables y atormentadas en las montañas y bosques neblinosos. A través de cartas a don Alonso, comparte sus aventuras y desventuras, explorando temas de soledad y búsqueda personal en un entorno exótico y evocador.