«Era posible que aquella casa, a la cual habíamos ido a parar mis hermanos y yo arrastrando el alma y que habíamos encontrado tan deteriorada, como un espectro de lo que un día había sido... era posible que guardara el alma de las cosas buenas del pasado que se borraba, la esencia de los años luminosos, que nos conectara con un latido latente que aún estábamos a tiempo de recuperar?». Tres hermanos heredan la casa de Alella donde crecieron y deciden ir a vivir allí. Será el tiempo de la reconstrucción. «Había días que deseaba que una riada se lo llevara todo, los rencores, los libros del padre con las dedicatorias, las sillas del jardín que la madre amaba, el nogal enfermo, las abejas». Con la colaboración de la Generalitat de Catalunya, Departamento de Cultura.