En esta novela, las matemáticas se convierten en un símbolo de la lucha del ser humano por comprender los enigmas que lo rodean y conquistar lo imposible. El anciano tío Petros vive retirado de la vida social y familiar, dedicado a la jardinería y al ajedrez. Su sobrino descubre que Petros fue un matemático eminente, profesor en Alemania e Inglaterra, y un niño prodigio absorto en sus investigaciones científicas. La vida de Petros ha girado en torno a la comprobación de la conjetura de Goldbach, un problema aparentemente sencillo que nadie ha conseguido resolver científicamente.