Eleanor Oliphant ha aprendido a sobrevivir, pero no a vivir. Lleva una vida sencilla, vistiendo la misma ropa para trabajar todos los días, comiendo el mismo menú para el almuerzo y comprando las mismas dos botellas de vodka para beber cada fin de semana. Eleanor Oliphant es feliz. No falta nada en su vida cuidadosamente programada. Excepto, a veces, todo. Un simple acto de bondad está a punto de romper los muros que Eleanor ha construido a su alrededor. Ahora debe aprender a desenvolverse en el mundo que todos los demás parecen dar por sentado, mientras busca el valor para afrontar los rincones oscuros que ha evitado toda su vida. Un libro divertido, conmovedor e impredecible.