En este fascinante relato, Lawrence James explora cómo, en un lapso de cien años, los europeos persuadieron y obligaron a África a convertirse en una parte subordinada del mundo moderno. El continente se convirtió en un imán para personas idealistas, filantrópicas, inescrupulosas y dementes. Pro-cónsules visionarios se codeaban con misioneros, exploradores, soldados, aventureros, ingenieros, cazadores de caza mayor, empresarios y médicos. James narra cómo, entre 1830 y 1945, Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Alemania, Portugal e Italia exportaron sus idiomas, leyes, cultura, religiones, conocimientos científicos y técnicos, y sistemas económicos a África. Las potencias coloniales impusieron administraciones diseñadas para brindar estabilidad y paz a un continente que parecía carecer de ambos.