En 'En ti me quedo', José Ignacio Fernández agota el concepto de amor heredado del Romanticismo, posicionándose en un plano más avanzado. Este amor ya no es trágico, ni ideal, ni posesivo, sino que inspira una reflexión y reivindica las libertades individuales. El poemario también muestra cómo los feminismos han transformado las variables del amor, otorgando un nuevo papel a la mujer, desligándose de la tradición que convierte el cuerpo femenino en objeto de alabanza para convertirlo en un sujeto político. Además, reivindica una nueva masculinidad desde la que abordar todos estos fenómenos, explicitando el dolor, el miedo y la duda, y negando los constructos de virilidad.