En 'Et si on dansait?', Erik Orsenna continúa las aventuras gramaticales de Jeanne y su hermano Tom. Jeanne, ahora con dieciséis años, dirige un negocio ilícito redactando tareas para los estudiantes de la isla. A medida que su clientela se expande al mundo político, se da cuenta de la importancia de la puntuación. Con la ayuda de Tom, aprende música y ritmo para perfeccionar sus discursos. Jeanne descubre un interés especial en esta búsqueda al enamorarse, comprendiendo que la puntuación fue inventada para expresar sentimientos y marcar el ritmo del corazón. Este libro explora cómo puntuar un texto y animar la vida, invitando al lector a bailar en lugar de simplemente vivirla.