En este libro, David Marsh explica cómo cinco años de gestión continua de la crisis no solo no han logrado resolver los problemas de la eurozona, sino que han empeorado las cosas. A medida que las naciones devastadas por la austeridad descienden a la miseria y el resentimiento, los países acreedores temen que se vean obligados a subsidiar indefinidamente a sus hermanos más débiles. El diálogo constructivo se ha derrumbado a medida que la toma de decisiones europea desciende a una parálisis aterrada, y los caminos potenciales para salir del estancamiento están bloqueados por la indecisión y la incompetencia en la cima. Marsh advierte que la actual sucesión de complejas soluciones técnicas no puede sostener indefinidamente a la eurozona con soporte vital. Se ofrecen soluciones radicales, pero sin líderes lo suficientemente fuertes y con principios para impulsarlas, Europa corre el riesgo de un futuro deprimente de declive permanente.