Kate no es del tipo de chicas que se derriten por un chico. Por eso, está horrorizada por el plan de verano de su madre: arrastrar a Kate a Cape Cod, en una estratagema para poner celoso al padre de Kate. Pero justo cuando Kate se ha resignado a tres meses de estoica soledad en el club de campo, un chico lindo llamado Adam comienza a atraerla y parece intrigado. De repente, Kate no puede evitar preguntarse cómo sería que un chico se derritiera por ella... Cuando su romance se vuelve rápidamente más complicado, ¿puede Kate seguir fingiendo que Adam es solo una aventura despreocupada? ¿O se arriesgará a contarle sus verdaderos sentimientos? Ahora Kate se está haciendo una pregunta a la que nunca pensó que se rebajaría: ¿Es ella material de novia?