Este libro explora la historia y evolución de los movimientos católicos desde León XIII hasta Benedicto XVI. Analiza el significado de estos movimientos, examinando si son grupos militantes de un nuevo catolicismo o si su exuberancia constituye un elemento de división dentro de la Iglesia Católica. El autor ofrece una clave para comprender las relaciones entre la Iglesia, la política y la sociedad contemporánea a través de la historia de este nuevo rostro del catolicismo.