Este libro examina la rivalidad entre Gran Bretaña y Francia en el siglo XVIII en el ámbito industrial, analizando los métodos empleados por Francia para obtener mano de obra cualificada y tecnología, que habían dado a Gran Bretaña una ventaja, especialmente en las nuevas tecnologías basadas en el carbón. A pesar de la Ley británica de 1719 que prohibía el espionaje industrial y la transferencia de tecnología, Francia siguió trayendo trabajadores industriales clave de Gran Bretaña y adquiriendo maquinaria y métodos de producción británicos. Basándose en una gran cantidad de material de archivo inédito, este libro investiga la naturaleza y la aplicación de las leyes británicas y la participación de algunos de los principales industriales británicos en estos temas, y analiza hasta qué punto el espionaje francés tuvo algún éxito real.