Este libro analiza la Guerra de Argelia y las diversas interpretaciones que ha suscitado desde su inicio. Examina cómo políticos y sociedades argelinas y francesas han construido y heredado este conflicto a través de los años. La obra destaca la influencia del poder político en la escritura de la historia y cómo el acceso a los archivos sigue siendo crucial. A pesar de los avances en la investigación, el autor señala que el camino hacia una historia serena de la guerra aún es lento y complejo.