En el tercer volumen de 'El Castillo de los Animales', Miss B, junto con el conejo César y el viejo ratón Azélar, se enfrenta al desafío de convencer a los animales para que rechacen la violencia como medio para derrocar el régimen de Silvio. A pesar de los esfuerzos de Miss B, la dictadura en el castillo persiste. Los animales, aunque con dificultad, se movilizan nuevamente para revivir el movimiento pacifista de las Margaritas, coincidiendo con la llegada de la primavera. Sin embargo, Silvio, el dictador toro, no está dispuesto a ceder su poder y decide encarcelar a los animales rebeldes en el calabozo, contando con la ayuda de su cruel milicia canina. Ante esta situación, Miss B y sus compañeros recurren una vez más al ingenio y la solidaridad para hacer frente a la opresión.