En 1942, en la región de Dordoña, la línea de demarcación cruza el río Isle. La granja de los Laborie está muy cerca del río, y Virgile, siguiendo su corazón, nunca niega su barca a quienes intentan cruzar a la zona libre. Cuando le proponen a Virgile y Victoria, que nunca han podido tener hijos, esconder a Sarah y Elie, dos niños judíos perdidos en la tormenta, acogen a los pequeños refugiados como un regalo del cielo. Con el paso de los días, a pesar de las traiciones, las denuncias y los controles constantes, la Resistencia se organiza en el Périgord hasta el retroceso de las tropas alemanas en medio de sangre y terror. Con una sensibilidad y una precisión de tono que conmueven, Christian Signol evoca este doloroso período de la Historia en el que, como los Laborie, muchos franceses no dudaron en arriesgar sus vidas con la simple certeza de cumplir con su deber como ciudadanos y seres humanos. Esta novela, a la que el autor tiene tanto cariño, es un magnífico homenaje a la memoria de estos Justos que no podemos olvidar.