En la Edad Media, en una época en la que aún no se había inventado la pólvora, existía en medio de Alemania una pequeña ciudad llamada Schilda, cuyos habitantes se llamaban, por tanto, los Schildois. Los Schildois eran tontos. Realmente muy tontos. Todo lo que emprendían, lo hacían al revés. Y todo lo que les decían, lo tomaban al pie de la letra. Finalmente, todo el país se reía a expensas de los Schildois. Por cierto, ¿eran tan tontos como parecían?