Este libro de François Mathey explora el movimiento impresionista, situándolo en su contexto histórico y cultural. Mathey analiza las raíces del impresionismo en el siglo XIX, desde los acuarelistas ingleses hasta Daumier, Corot y Delacroix, y cómo se conecta con artistas posteriores como Matisse, Bonnard y Picasso. El libro está ricamente ilustrado y examina el papel de la fotografía en el arte de la época.