Mia acaba de romper con Álex y se enfrenta al verano barcelonés con el corazón roto. A esto se suma la pérdida de su empleo, sumiéndola en una gran tristeza. Poco a poco, Mia emprende un viaje que le permite descubrir un mundo nuevo. Durante esta travesía, se adentra en su propia soledad para vivir la aventura de descubrirse, atravesar el dolor y mirarse con valentía. A lo largo de sus estados emocionales, vive momentos mágicos con personas entrañables y divertidas, personajes muy reales con algo en común: un corazón roto que, sin embargo, mantiene el deseo de soñar en lo que puede suceder después.