M tiene 16 años, es un buen estudiante y un buen compañero de instituto. Sin embargo, es incapaz de contar a nadie lo que ocurre en su casa. El comportamiento de su padre impide que las personas de su alrededor crezcan, se hagan libres, sean responsables: destruye. Aniquila, literalmente. Esta novela juvenil aborda el tema de la violencia doméstica desde la perspectiva de un adolescente que vive en un ambiente familiar disfuncional y opresivo. A través de su historia, se exploran las consecuencias del silencio y el miedo en las víctimas de maltrato, así como la importancia de buscar ayuda y romper el ciclo de la violencia.