Este libro introduce el pensamiento de Michel Henry, una figura clave en el desarrollo del giro teológico de la fenomenología francesa del siglo XX, aunque no muy conocido. Henry fue un personaje complejo, apasionado por la filosofía y dedicado a la enseñanza e investigación en temas diversos. En el fondo de su pensamiento reside el anhelo de salvación, que requiere que el ser humano regrese a la Vida, que es Dios, como hijo en el Hijo, renaciendo al practicar el mandamiento de Cristo: vivir y amar en la conciencia amorosa de su propio origen.