En Gerrardsville, Colorado, una mujer muere bajo las ruedas de un autobús en movimiento. La muerte se dictamina como un suicidio, pero Jack Reacher vio lo que realmente sucedió: un hombre con una sudadera gris y jeans, moviéndose sigilosamente, empujó a la víctima a su fallecimiento, antes de agarrar rápidamente el bolso de la mujer muerta y alejarse. Cuando otro homicidio se dictamina como un accidente, Reacher sabe que esto no es una coincidencia. Con un asesino suelto, Reacher no tiene tiempo que perder para rastrear a los responsables. Pero Reacher no sabe que estos crímenes son parte de algo mucho más grande y de mayor alcance: un pirómano en busca de venganza, un niño de crianza en fuga, una camarilla de personas poderosas involucradas en una conspiración secreta con muchas partes móviles. No hay margen de error, pero cometen uno grave. No consideran a Reacher una amenaza. Pero Reacher no es una sombra. Es de carne y hueso. E implacable cuando se trata de hacer las cosas bien. Porque cuando la amenaza es Reacher, no hay Plan B.