En la undécima entrega de la serie Rhona MacLeod, la experta forense se enfrenta a un caso en la isla de Sanday, una de las más septentrionales de Gran Bretaña. El descubrimiento de restos humanos cerca de una antigua escuela primaria lleva a Rhona y a su equipo a investigar en un entorno hostil, con condiciones climáticas adversas y habitantes poco cooperativos. Paralelamente, en Glasgow, la sospechosa muerte de un anciano parece estar relacionada con la isla, lo que impulsa al DS Michael McNab a unirse a la investigación. A medida que una tormenta se acerca, los secretos del pasado resurgen, revelando una serie de incidentes inexplicables y conectando la muerte de trece niños con el hallazgo de los restos.