En 1924, Nueva York es el centro del universo. Henry Smart, huyendo de Dublín, cae de pie. Es un hombre apuesto con un tablero de sándwich, detrás del cual guarda licor para los bares clandestinos del Lower East Side. Llama la atención de los mafiosos que dirigen el distrito y pronto hay ojos en su espalda y hombres en las sombras. Es hora de irse, a otra América... Chicago es salvaje y nueva, y lo más nuevo de todo es la música. Música furiosa, salvaje y feliz interpretada por un hombre con una trompeta y labios sangrantes llamado Louis Armstrong. Su música está en todas partes, saliendo de cada puerta abierta, de cada fonógrafo. Pero Armstrong es un prisionero de su color; hay lugares a los que un hombre negro no puede ir, cosas que no puede hacer. Armstrong necesita un hombre, un hombre blanco, y el hombre que elige es Henry Smart.