En este libro, el crítico social Thomas Frank examina la transformación del lenguaje de la democracia en la jerga del mercado. Traza la noción de que los mercados son, de alguna manera trascendente, identificables con la democracia y la voluntad del pueblo. El autor analiza cómo el populismo de mercado sirvió de cobertura para diversas actividades nefastas, dirigidas a la obtención de beneficios sin límites, y como hogar para las diversas ideas extrañas que flotan en las profundidades de las corrientes intelectuales estadounidenses.