En esta novela, Andoni Egaña lleva a su máxima expresión su maestría para la distancia y la alusión. Cuenta la vida de Fray Kandido, limitada por dos fotografías: una de 1930, donde Franco lo juzga tras la rebelión de Jaca, y otra de 1960, donde va a recibir el premio que Franco ha dado a la Escuela de Formación Profesional de Zarautz, de la que es fundador. La novela se mueve entre estas dos fotografías, ofreciendo una forma de entender la vida.