En marzo de 1939, el buque de transporte de tropas Castillo de Olite fue hundido cerca del puerto de Cartagena. A bordo, más de 2.100 soldados, de los cuales 1.477 murieron o desaparecieron. Este suceso, envuelto en misterio y silencio, es recreado por Luis Mollá a través de la historia de Luisa, una periodista, y Javier, un buceador, quienes se sumergen en los últimos momentos del Castillo de Olite, revelando una tragedia llena de ternura e insensata realidad. La novela explora los eventos que rodearon el hundimiento del buque, que formaba parte de una ambiciosa expedición durante la Guerra Civil Española.