En 1905, una nueva física revolucionó la descripción de la materia y sus interacciones: la física cuántica. Con ella, se abrieron las puertas a un mundo que no obedece las leyes de la física clásica: el mundo de lo infinitamente pequeño, con sus átomos y partículas. Esta nueva física obligó a sus fundadores, como Einstein, Bohr, Heisenberg y Schrödinger, a replantear el determinismo y los criterios de realidad de la física clásica, así como la separación tradicional entre observador y objeto observado. Por primera vez en la historia de la ciencia, una disciplina exigía un trabajo de interpretación para ser comprendida y aplicada: ¿qué tipo de realidad representa el formalismo cuántico? Hoy en día, ¿qué crédito se debe dar a las diversas interpretaciones propuestas desde la década de 1920? La física cuántica intriga, fascina y a veces exaspera, pero sigue siendo desconocida, víctima de estereotipos. Se invoca para justificar fenómenos extraños, pero se descuidan sus principios fundamentales. ¿Cuáles son estos principios que encuentran aplicaciones cada vez más fascinantes, desde el láser hasta la criptografía cuántica, pasando por la teletransportación? ¿De dónde proviene esta increíble eficacia de la física cuántica?