En 'Retrato de un adicto en su juventud', Bill Clegg narra su vida secreta y oscura. A pesar de tener una carrera exitosa como agente literario, una pareja que lo apoyaba, colegas de confianza y amigos que lo querían, Clegg lo abandonó todo para embarcarse en una espiral de consumo de crack que duró dos meses. Tras salir de rehabilitación nueve meses antes, esta recaída le costaría su hogar, su dinero, su carrera y, casi, su vida. Clegg explora la atracción que sentía por la droga que lo tenía subyugado, capturando la tensión y la pesadilla paranoica de una vida secreta, así como la euforia que sentía una y otra vez hasta que fue eclipsada por la fatalidad. También analiza cómo el patrón de la adicción puede rastrearse hasta el pasado.