Este libro, escrito por Fabrizio Pieri, Massimo Grilli, Marina Stremfelj y Marcella Farina, aborda la formación de los formadores en el contexto de la vida religiosa. Se destaca la importancia de que el formador siga las enseñanzas de Jesús para ser un testimonio creíble. El libro explora la relación personal con Dios, la contemplación de la realidad y el discernimiento espiritual como elementos fundamentales en este proceso formativo. Además, se examina el papel del carisma del instituto y la necesidad de un compromiso cultural renovado en la formación religiosa.