Elizabeth siempre ha deseado dos cosas en la vida: un marido italiano y muchos bambini de mejillas rosadas. Lo primero ya lo ha conseguido al casarse con el moreno y sexy Roberto, pero lo segundo está resultando más difícil de lograr. Cuando Roberto pierde su trabajo y decide dejar Londres para irse a Italia y al negocio familiar, Elizabeth espera que el cambio de estilo de vida la ayude a relajarse y aumentar sus posibilidades de concebir. Sin embargo, por mucho helado que coma en la soleada plaza, es imposible relajarse cuando su astuta suegra (la viuda negra original) parece empeñada en destruir su matrimonio. La barrera del idioma es complicada, al igual que la hermosa y significativa ex de Roberto, que prácticamente vive al lado. ¿Será el deseo de Elizabeth de tener un bebé suficiente para mantener su matrimonio unido o lo está destrozando? ¿Y por qué de repente anhela la compañía de un guapo y rubio desconocido americano? Sus pensamientos sucios y coquetos sobre él son totalmente inapropiados. Sin embargo, innegablemente las temperaturas están subiendo... y no tiene nada que ver con el sol mediterráneo.