En mayo de 1992, tras la absolución de cuatro agentes del LAPD por la brutal paliza a Rodney King, Los Ángeles arde. En medio del caos, los detectives de homicidios como Harry Bosch siguen intentando hacer su trabajo. Cuando Harry encuentra el cuerpo de una periodista en un callejón, se ve obligado a entregar el caso al Grupo de Trabajo contra los Delitos de Disturbios, sabiendo que nunca se resolverá. Veinte años después, nuevas pruebas confirman que su muerte no fue un caso de violencia aleatoria, sino algo mucho más personal. Esta vez, Harry está decidido a que el asesino no escape, incluso si eso significa retroceder a los días más oscuros de la ciudad que ama.