En el año 45 d.C., los centuriones Macro y Cato se encuentran atrapados en Roma, esperando su participación en la investigación de la muerte de un oficial. Sin embargo, su destino se vuelve incierto. Piratas despiadados han capturado tres pergaminos vitales para el futuro de Roma, y Macro y Cato deben recuperarlos sin demora. El secretario imperial les ofrece una comisión que no pueden rechazar, empleando al duplicitoso Vitelio para mantenerlos en línea. Así, los centuriones se embarcan desde Rávena con la flota imperial, sin saber que los piratas están advertidos y los romanos pagarán un alto precio.