En 1971, durante una excursión rutinaria por la campiña camboyana, el joven etnólogo francés François Bizot es capturado por los Jemeres Rojos. Acusado de ser un agente del imperialismo americano, es encadenado y encarcelado. Su captor, Douch, más tarde responsable de decenas de miles de muertes, lo interroga extensamente; tras tres meses de tortuosa deliberación, durante los cuales cada una de sus palabras fue sopesada y su vida pendió de un hilo, fue liberado. Cuatro años después, los Jemeres Rojos entraron en Phnom Penh. François Bizot se convirtió en el intermediario oficial entre el despiadado conquistador y los aterrorizados refugiados tras la puerta de la embajada francesa: un asiento de primera fila para uno de los genocidios más espantosos de la historia. Escrito treinta años después, las memorias de François Bizot sobre sus horribles experiencias en los 'campos de la muerte' de Camboya son, en palabras de John le Carré, un 'clásico contemporáneo'.