En el caótico período posterior a la caída de Acre en 1291 y la reconquista de Tierra Santa por los musulmanes, los últimos supervivientes de la Orden del Temple emprenden una sangrienta retirada desde Oriente Medio. Cargando el tesoro de su Orden en una embarcación ruinosa, zarpan hacia Europa, donde el rey Felipe de Francia trama su destrucción. Entre ellos se encuentra Beltrán, nativo de Tierra Santa, que ha vivido como soldado-monje durante treinta años. Cansado del mundo pero incorruptible, Beltrán es el guardián tanto del tesoro como de la Regla de la Orden. Mientras la lealtad de sus compañeros vacila, lucha por mantener la fe, solo para presenciar el fin de la Orden cuando los templarios son entregados a la Inquisición y su Gran Maestre quemado en la hoguera.